Nuevos libros de cuentos infantiles


Nuevos libros de cuentos infantiles

Rafael Peralta Romero
Santo Domingo

Podría iniciar esta disertación señalando que el único objetivo didáctico justificado en la literatura infantil es la creación de hábito de lectura  y el perfeccionamiento del buen gusto en nuestros niños.
Por eso me parece que las obras literarias destinadas a la niñez tienen un importante rol que desempeñar  para el desarrollo de toda sociedad, no obstante que éstas deben  servir a los pequeños como instrumento lúdico.
Resulta de primera importancia el papel de la literatura infantil en el proceso de desarrollo de los futuros ciudadanos, aunque  a muchos les parezca una utopía.
El desarrollo social depende, sobre todo, de la calidad del trabajo humano. La calidad del trabajo es proporcional a la conquista del conocimiento por parte de los individuos. La conquista del conocimiento guarda relación directa con el desarrollo de las competencias de cada sujeto, mayormente de las competencias comunicativas.
Y nadie ha de dudar que la lectura sea la vía más idónea para el desarrollo de esta última facultad. Para iniciar a un individuo desde la niñez en esta práctica, se produce la literatura infantil. De ahí que no me parezca nada quimérico asociar  la literatura infantil con  las posibilidades de cambios de una sociedad.
El amor por los niños y el interés porque ellos lean es la fuerza que nos congrega esta tarde para ser testigos del lanzamiento de un paquete de libros para la población infantil que ha preparado Ediciones CP.  Sólo en el sello La Casa de los cuentos, que me toca presentar, se publican siete volúmenes cuyos autores son Eladio Ramos, Amy Taveras y Rafael Peralta Romero.
De Ramos son: El rey Sol, El viejo reloj Matusa y Don Reloj, mientras que  Taveras es autora de: Las locuras y corduras del campo,  La comidita compartida y La riqueza del cariño. Peralta Romero es autor de La paloma dálmata y otros cuentos infantiles.
“El rey Sol”.   Se trata de un cuento dinámico,  en el que se aprecia agilidad en la narración, buen ritmo, y cuenta una historia que puede retener al pequeño lector hasta saber qué pasó con la enfermedad del rey. Escudriña la relación del día  con  la noche  y los roles de ambos, más la actitud de los seres humanos,  frente a esta dicotomía día-noche.  En el cuento se aprecia claridad expresiva, léxico adecuado y un  juego de imaginación que  gusta al público al que está dirigido.
El viejo reloj Matusa.  Impresionante relato, crea un mundo  diferente, con argumentos capaces de ser entendidos y disfrutados por los niños. El reloj de Matusa es un gran personaje, que estoy seguro no  olvidará ningún niño lector.  Es bueno en este cuento el predominio de lo literario, escapa de la intención didáctica, que suele perseguir a la literatura infantil, y nadie dude que la didáctica es una plaga peligrosa para  las obras  literarias destinadas a los pequeños.
Don Reloj.  El personaje principal de este cuento es el reloj,  reunido con otros objetos de uso cotidiano. Se cuenta la historia de porqué Reloj tiene una pata más corta que la otra. Apreciemos este fragmento: “Nunca he estado triste   –les dijo el Reloj- gracias a esa caída he podido marcar las horas con más facilidad, para los niños que juegan y estudian; y para las mujeres y hombres que trabajan”.  (Pág. 23).
Las locuras y corduras del campo. Este cuento de Amy Taveras recrea aquellas viejas diferencias entre la vida rural y la urbana. El niño Barni pretende  exhibir  la superioridad de lo urbano sobre el campo, pero la realidad lo detiene.  La obra resulta una exaltación a la naturaleza y la agricultura en tono refrescante. Termina con pura sorpresa, un final sin final, como quien dice: este cuento se acabó.
La comidita compartida.  Es una lección para niños de vida acomodada que suelen presentar  ñoñerías para comer mientras  otros tantos niños esperan la oportunidad de hacerlo, sin que lo logren siempre. Las diferencias sociales son parte de las  experiencias  que el niño irá  conociendo en dosis oportunas.  Este cuento puede ayudar a ello.
La riqueza del cariño.  Es un buen intento de contraponer las riquezas  espirituales  a las  materiales. Es un cuento concebido para transmitir  valores positivos, como la honradez y el amor familiar, pero es más que eso,  pues tiene una estructura conforme a las leyes del cuento, que llevará al niño lector  a vivir emociones  a partir del relato   de una confusión en la que la maestra de Alexander niega haber recibido de este los veinte pesos que llevó a la escuela para merienda. Es un serio conflicto lo que pasa, hasta que una niña  declara que  la maestra le dio el dinero por error.
La paloma dálmata.  El otro libro   contiene cinco cuentos para personas de corta edad.  Pero digan ustedes si no  es un gancho poner al autor a ponderar la propia obra.  Prefiero decir que en este volumen se reúnen los siguientes títulos: La vaca que quiso viajar a la India, El pollito de granja, La paloma dálmata, El sol quiere la lluvia y Cristo ya nació.



Mi propósito, como en los otros libros publicados,  ha sido escribir estos cuentos de  la forma más natural,  con lenguaje sencillo y directo, fundamentado en el interés de que los pequeños los disfruten como un verdadero recreo.
Porque estoy convencido de que los textos para niños deben servir de diversión: leer poemas, cuentos y novelas y otros escritos literarios  debe ser para el niño un recreo, no una clase, nada aburrido y nada obligado.
Creo que con los libros que presenta hoy al público, Ediciones CP contribuye grandemente  a la promoción  del acto de leer, para niños y  jóvenes.  De la capacidad lectora depende la adquisición de los demás conocimientos, y de la educación depende  el cambio necesario en los individuos y en la sociedad.
De modo que no sé exactamente el porvenir de la literatura infantil, ni tampoco el de la enseñanza que de ella se hace en las universidades para los futuros maestros del nivel básico,  pero puedo vislumbrar el futuro de la nación, según la importancia que se dé a esta materia.

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